La bendición disfrazada detrás de esta crisis

Espera primero a leer el contenido, porque no te estoy hablando de ninguna “blandura” ni “buenismo”.  Esta realidad está siendo dura para muchos de nosotros, más allá de lo que podíamos imaginar. Problemas económicos serios que desestabilizan el modo de vida y las relaciones. Que ponen en tela de juicio nuestra confianza en el propio sistema y en nuestra forma de relacionarnos con él. Llegando incluso a desestabilizar nuestro propio bienestar interior. Esto conlleva una profunda y necesaria revisión de cómo nos ubicamos ante tan importantes cambios.

relacionarnos con él forma de relacionarnos y nuestras propias creencias. No sólo sobre el entorno, sino también sobre nosotros mismos y nuestro sentido de utilidad actual y futuro. Con la certeza íntima de que hay un importante y profundo trabajo que hacer, antes de que logremos ser de nuevo elegidos como parte de la solución de nuestros clientes. La bendición disfrazada de la que hablo es la que surge de replantearse, cuando tocas fondo, lo que de verdad es importante, y las personas, independiemente de su proximidad sanguínea o anteriores lazos de amistad, que en una nueva etapa de nuestra vida como la que se abre ante nosotros, son, y somos para ellos, fuente de riqueza y bienestar personal. Algunos apostamos por llamarlo Vida Sostenible, por la amplitud que permite esta definición, aplicable tanto a aspectos económicos, de medio ambiente, como de nuestra propia esencia como seres humanos, en nuestro desarrollo íntimo hacia una sostenibilidad cada día menos dependiente de nuestro entorno. Esto mismo que nos ayuda a nosotros a sentir una mejora importante en nuestro bienestar personal, incluso con algunas privaciones, es lo que queremos compartir contigo a través de vidasostenible.info, contribuyendo así a diluir las clásicas barreras entre el mundo económico-profesional y la vida en toda su extensión, proponiendo:

  • No construir más viviendas porque sí, sino fruto del conocimiento directo de la demanda real que hay en la sociedad, reinventando la clásica idea de la compra de vivienda y proponiendo opciones donde la cesión en uso, la coovivienda o cohousing, las viviendas simbióticas, las que permiten en sí mismas y en su entorno un auto abastecimiento cada día mayor.
  • Pensar en términos de proyecto de vida en vez de simples inmuebles, sabiendo que sólo una equilibrada combinación de trabajo, economía, salud y hogar, permiten esta vida sostenible de la que hablamos, y por tanto, preguntando al potencial cliente por su proyecto y por los apoyos que precisa para hacer realidad una digna calidad de vida en su entorno personal, familiar y social.

Os puedo decir por propia experiencia que esto es bastante más fácil de formular que de implementar. Y no sólo, ni principalmente, por las propias dificultades que supone contribuir al bienestar de las personas considerando su mundo holístico e integrado. La mayor dificultad está en la falta de determinación a contribuir desde la propia realidad personal, profesional y económica, al proceso evolutivo que vivimos, por parte de muchas personas bien intencionadas que se aferran a su propia estructura tangible y también inmaterial, en la creencia que van a poder permanecer como islas ante un cambiante movimiento sísmico de nuestras bases sociales. La solución es aceptar esta bendición disfrazada que nos trae la crisis para dejarse zarandear, abiertos de mente, y poder orientarnos de nuevo y con más determinación que nunca a una economía del bien común como verdadero motor de nuestro propio bienestar. Rogando a la vida al tiempo que nos permita más pronto que tarde aprender a navegar de nuevo a favor del viento y ya con una vida mucho más equilibrada y por tanto feliz. ¿Es posible para ti que también pueda ser esta dichosa crisis una bendición disfrazada? Me gustaría conocer tu opinión.